Odio constructivo

el camino del amor, la sensibilidad y la autoayuda

26.1.05

 

papas chicas, gaseosa grande

Odio que la ensalada siempre rebalse el bowl en el que te la sirven. No se trata de que la porción sea abundante, sino que el bowl es siempre demasiado chico. No podés revolver luego de salar y condimentar a gusto (en mi caso, limón, orégano si hay y casi nada de aceite). Odio al zapallo. Odio que la mesa termine decorada de lechuga y julianas de cebolla cada vez que se revuelve y se intenta migrar al plato. Odio que el bowl sea siempre, siempre..., demasiado chico. Odio esa decisión ornamental tan carente de sentido común y practicidad gastronómica. Y digan que no es otro día, porque si no también odiaría a "Donato invita".

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