Odio constructivo

el camino del amor, la sensibilidad y la autoayuda

11.3.05

 

Viernes 7:00 AM.

Odio que me hablen cuando recién me levanto. Odio que a las 7:04 Aurora (la señora que hace montón de cosas en casa con electrodomésticos homónimos a ella) me pregunte si tengo más ropa para lavar aparte de la que está en el lugar de la ropa para lavar. Odio que intente mantenerme al día sobre las consecuencias de su incursión gastronómica por la fiesta de la cerveza. Odio que a las 7:15 mi padre necesite informarme sobre las razones ocultas del interés del Gobierno de Holanda en el Puerto de Santa Fe. Odio que a las 7:27 mi madre me imponga la múltiple choice de milanesas con papas fritas, puré o ensalada al mediodía. Odio que a las 7:35 mientras cierro el portón, la vecina tenga que anoticiarme sobre los hechos policiales acaecidos durante la noche del jueves en el barrio. Odio que a las 7:43 el empleado de la Petrobrás me proponga nafta sin octanos cuando quiero súper, pretenda que cargue $ 0,80 menos y que me lleve un pinito desodorante para el auto, insista en limpiar el parabrisas limpio, me ofrezca -intentando enumerarlos- los múliples servicios del 24 horas. Odio que a las 7:55 el locutor de la radio me diga *Llamanos. Pero llamanos ahora!*.

Por suerte, a él si puedo apagarlo.


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