Odio constructivo

Odio a la manera en que el narcisismo de mi generación influye en la próxima, en la que sigue. Entiéndase, no se critica aquí a cualquier manifestación narcisista. No. Tampoco se trata esto de una desgarradora denuncia contra la pontificación del esteticismo. Pero una cosa es poner en práctica una manifestación de originalidad individual, y otra bien distinta es perpetrar cierta continuación del yo a través de espantos nominales. Simplificando... ¿qué pasó con los pablitos, marianitos, facunditos y josecitos? ¿Por qué los nouvelles padres, esos que hoy se encuentran redondeando los treinta tienen que poner como nombre a sus hijos esperpentos tales como "Macarena", "Paloma", "Merlina", "Antonella", "Bautista", "Rosaura", "Jade", "Gerónimo", "Sinecio" (!!), o "Arquímedes". Y eso por mencionar sólo los casos que conozco personalmente.