Odio constructivo

el camino del amor, la sensibilidad y la autoayuda

25.11.05

 

Estigmas profesionales y linkeables

Odio profunda y profusamente a una de las declaraciones políticas de los últimos tiempos más adolescentemente frecuente en cierto público. Una que consiste en tirar manduyos tales como "odio a todos los abogados", o "no hay nada peor que los abogados", o "nunca saldría con un abogado", o "sería una buena persona si no fuera abogado", u otras similares; o por lo menos, con similar carga emotiva y despectiva. Odio que las más de las veces, la declaración no viene acompañada de explicación o fundamentación alguna. Un tanto porque no tiene explicación, y otro tanto porque ella es bastante deficitaria, o por lo menos, digna de un berrinche de pendejo camuflado de seria reflexión adulta. Sepanló; los abogados no son ni más ni menos que meros intermediarios en un conflicto. En un conflicto que uds. mismos, oh insolentes declaradores, se generaron a partir de su propia incapacidad de resolver las cosas pacíficamente. Odio que no sepan darse cuenta de que el trabajo de un boga no es más ni menos que la continuación de una negociación en la que fracasó el propio interesado. Odio que no tengan la mínima capacidad de sinapsis como para tomar conciencia de que las actividades del abogado son una mera extensión de la voluntad de su cliente. Y esa voluntad no siempre es la más grata; a veces, muchas veces, está teñida de otros odios (odios no tan constructivos como este, claro está), miserias, rencores, etc... Entonces..., por supuesto, estos miserables declarantes no tienen mejor opción que transferir su propia incapacidad con base en una moralina de cuarta y no hacerse cargo de sus propios pecados. Así..., claro, "todos los abogados son mierda, y nosotros, los pobres e indefensos clientes, sus víctimas". Odio, por tanto, que estos seres semi-despreciables no sean capaces de aplicar la misma lógica oculta de morondanga a otras profesiones, y afirmar, por ejemplo, que todos los psicólogos son mierda porque su trabajo es intentar decir el contenido de nuestro inconsciente y cuando lo dicen..., claro, cómo va a ser uno el insensato del capirote neurótico obsesivo lleno de fobias sociales; o que muchos políticos que ejercen funciones públicas con actos de corrupción merecen el infierno, porque de alguna forma, quieran o no, reflejan el paupérrimo estado de ciertos valores morales sociales; o que los periodistas que se desgarran las papeleras buscando delitos y condenas a troche y moche, porque claro, cómo va a ser uno el miserable pichón de fascista que busque la venganza talionesca para compensar las frustraciones propias. No, claro, la culpa, es de los abogados, nunca propia. Odio preventivamente todos los comentarios que ya se amagan aclarando que no, que el denoste a los abogados viene por tal o tal otra anécdota personal que lo justifica y bla bla bla. Pero más que nada, más que nada en el mundo hoy odio a este ñato que no tuvo mejor idea en la vida que afirmar que ésta página es un "blog rebuenazo de una muje"..., ¿y yo que soy, un transexual reprimido y fracasado, o es que sólo tenés ojos para la Mantis?

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